“Después de montar Sótano, de Benet i Jornet, mi primera experiencia como director, me puse a buscar textos para volver a dirigir. El proceso de búsqueda es para mí uno de los momentos fundamentales de la creación. Como actor, siempre he intentado, en la medida de mis posibilidades, hacer aquello en lo que creía, textos que provocaran en mí una zozobra, que me hicieran preguntas, que supusieran un reto. El teatro es una forma de ganarme la vida, por supuesto, pero es sobre todo una forma de ver la vida. Si como actor es un pilar fundamental esa identificación, como director es absolutamente vertebral. No podría dirigir nada que no me provoque la sensación de desafío”.
De este modo descubrió Israel Elejalde Idiota, el libreto con el que aborda su segundo montaje como director. Firmado por Jordi Casanovas, una de las voces más interesantes de la escena española contemporánea, Idiota propone un juego perverso que logra trasladar al espectador de la comedia al thriller psicológico más inquietante sin apenas pestañear.
Un hombre se presenta a unas pruebas psicológicas remuneradas. Lo que aparenta ser una manera sencilla de conseguir el dinero que necesita para resolver sus problemas económicos, se convertirá en una auténtica pesadilla de la mano de una atractiva psicóloga, quien, a través de preguntas y enigmas, le obligarán a dar lo mejor de sí si quiere evitar un fatal final.
Para Israel, el protagonista de tan cruel experimento no podía ser otro que Gonzalo de Castro. “Necesitaba a un actor muy bueno que tuviera esa ductilidad para ser capaz de pasar de la comedia al peligro más extremo. Y ese era Gonzalo”. Por su parte, Elisabet Gelabert, actriz habitual de la familia Kamikaze, será la responsable de dotar de credibilidad y solidez a la implacable psicóloga alemana que pone en jaque al idiota protagonista”.
Una estética cinematográfica, muy cercana a la novela gráfica, servirá para poner en pie esta singular propuesta escénica, tan hilarante como inquietante y llena de intriga. Un montaje sobre la capacidad de sufrimiento del ser humano, que el propio director introduce como: “dos actores, un texto. La luz se enciende. la vida fluye. Riamos a carcajadas, sorprendámonos, angustiémonos, reflexionemos juntos. Eso es Idiota”.