Sobre la obra

La función por hacer, la aclamada primera pieza de Kamikaze Producciones, ganadora de siete Premios Max, continúa de gira tras su éxito imparable durante más de seis temporadas. Se trata de una obra que, desde la austeridad escenográfica y el trabajo con la palabra, se ha revelado como una de las propuestas más atractivas del teatro español contemporáneo de la última década. “Teatro, lo nuestro es puro teatro», afirma Miguel del Arco.

Este espectáculo significó el salto de Miguel del Arco como director y «recreador» de grandes textos del repertorio. Traslada los «seis personajes en busca de autor», que en la obra de Pirandello irrumpen en un ensayo a principios del siglo XX, a la representación de un montaje actual, convirtiéndolos en «terroristas culturales». Con vehemencia reclaman su derecho a contar su historia real, que según ellos tiene más interés que la ficción de los escenarios.

Teatro sin escenografía, a apenas un palmo de distancia del público, de forma que la verdad de los personajes se confunde con la interpretación de los actores. Comienza una función más en un teatro cualquiera. Dos actores se afanan sobre el escenario por contar la historia que les ha sido encomendada. La obra en cuestión no aporta nada nuevo, pero es ágil, incluso graciosa por momentos. Un espectáculo más para entretenerse y después salir del teatro y picar algo en el bar de la esquina sin que el sistema nervioso sufra ninguna alteración.

Pero algo extraño sucede durante la representación. Cuatro personas aparecen entre el público y se quedan inmóviles observando a los actores. Esto crea una gran incomodidad, no sólo a los actores, que pierden la concentración necesaria para seguir interpretando, sino también al público que no está acostumbrado, ni soporta bien las fracturas de la comodísima cuarta pared. El teatro no debería ser un sitio incómodo, ¿no? Uno acude al teatro para evadirse, ¿no es así? A no ser que sea “preciso liberar al artista y también al público de la influencia de la opinión de los cultos. Hay que aprender a prescindir de la desaprobación de la gente que está constreñida por sus capacidades emotivas a considerar el arte como un pasatiempo elegante.”

Contradiciendo los deseos del autor que los soñó pero que no quiso, o no pudo conducirles al mundo del arte, estos cuatro personajes que han aparecido y que permanecen inmóviles junto a los espectadores que han pagado religiosamente su entrada, hablan directamente a los actores y al público. Intentan captar su atención para poder así contarles, e incluso revivir ante sus ojos, dicen, el drama que les ha movido a irrumpir en la sala.

Los actores se miran sorprendidos y hacen al público partícipe de su sorpresa: esto que está sucediendo ¿es parte de la función, es un invento o se trata de una conspiración para reventar el espectáculo? ¿Están estos cuatro personajes compinchados con los actores o son simples agitadores? ¿Es ésta la función? ¿Desde cuándo se le exige al público que se exprese durante una representación de teatro? ¿Es esto un acto de terrorismo cultural?

Los personajes aprovechan estos momentos de confusión para exponer con vehemencia las razones que les avalan para poder existir. Tienen, dicen, derecho a existir y, por ello, están firmemente decididos a contar su historia. Deberían callarse para que los dos actores pudieran proseguir con la función y que todo siguiera “como es debido”, pero su historia es tan “real” que no es fácil despegarse de ella. Tan real y tan íntimamente reconocible que resulta obscena. ¿Qué haría el público si se le diera la oportunidad de elegir entre seguir viendo la entretenida e inofensiva función que estaban viendo protegidos por la oscuridad, o escuchar lo que estos “personajes” tienen que contar a pesar de que puedan sentirse concernidos?

Duración

1 hora y 30 minutos

Estreno absoluto

4 Diciembre 2009
Teatro Lara, Madrid

“Una pequeña joya imprescindible”.

Alfonso ArmadaABC

“Texto brillante, fabulosos actores, increíble experiencia escénica”.

Juan Ignacio García GarzónABC

“El resultado es electrizante, brutalmente divertido”.

Rosana TorresEl País

“Todo el reparto brilla y se arroja al vacío hasta dejar al público con el corazón en la boca”.

Miguel AyanzLa Razón

“Intensidad, humor, pasión y verdad a espuertas”.

Marcos OrdóñezEl País

“Medular, directa, esencial, intensa, apasionante”.

Juan Ignacio García GarzónABC

“Una joya que, por insólita y preciosa, no debería perderse ningún aficionado al teatro”.

Julio BravoUna Butaca con Vistas

"¿Qué está pasando en el teatro madrileño? La función por hacer es lo que está pasando. ¡Acontecimiento!"

Marcos OrdóñezEl País

Ficha artística

Dirección Miguel del Arco
Versión Miguel del Arco y Aitor Tejada
Intérpretes Israel Elejalde, Teresa Hurtado de Ory, Bárbara Lennie, Miriam Montilla, Manuela Paso, Daniel Pérez Prada, Raúl Prieto y Cristóbal Suárez
Diseño de sonido Sandra Vicente (Studio 340)
Diseño de iluminación Juanjo Llorens
Diseño gráfico Ascensión Biosca
Producción ejecutiva Aitor Tejada

Una producción de: Kamikaze Producciones