Un hombre es acusado de haber cometido un terrible crimen. Él no se acuerda de nada. Durante el interrogatorio, dos inspectores de policía harán todo lo posible para que recuerde algo. Hoy es su última oportunidad para conseguir que confiese. ¿Realmente desean que recuerde? ¿O solo quieren que firme una declaración que le inculpe? Esta obra reproduce lo que se dijo en una sala de interrogatorios de la prisión de Risdon, en Tasmania, Australia, el 4 de julio de 1996. La transcripción de este interrogatorio se filtró y se puede encontrar en la red en portales de activismo mediático como Wikileaks. Ha dado pie a varias teorías conspiratorias y muchos se preguntan si lo que dicen sus protagonistas es cierto.
¿Qué ocurre en la mente de una persona que ha hecho una cosa así? ¿Qué ocurre en el ánimo de unos policías que deben enfrentarse a un caso como este? ¿Por qué motivo la memoria es capaz de borrar hechos traumáticos? ¿Existimos por lo que recordamos o por lo que nos dicen que hemos hecho? Y también, como espectadores, ¿qué nos sucede cuando asistimos a una ficción teatral que, aunque sea escénicamente inventada, cuenta con unos personajes que existen o han existido? Tres hombres luchan por descubrir la verdad en una ficción demasiado real.