Supongo que hacemos las obras que queremos ver, las que nos faltan. Aunque nunca lo consigamos (y por eso seguimos haciendo).
Cuerpo de baile nace del deseo de dejar de pensar el teatro como una disciplina distinta a la danza o la música. De la necesidad de volver al cuerpo, y dejar que sean sus lógicas las que marquen el rumbo.
Dice Deleuze que “los poderes tienen más necesidad de angustiarnos que de reprimirnos”.
¿Cómo reencontrarse con algo parecido a la alegría en estos tiempos tristes?
Estuvimos demasiado tiempo encerrados en casa añorando volver a estar aquí como para volver a hacer lo que ya hacíamos, del modo en que ya sabíamos hacerlo.
Ha pasado algo demasiado horrible como para seguir como si nada.
Toca hacerse algunas preguntas. Cambiar la lógica del sentido por la lógica de la sensación. Dejar que el baile nos contagie algo que no podamos nombrar y ver si no entendiendo, entendemos mejor.
Pablo Messiez